El Dr. Iñaki Elio, investigador de la Universidad Internacional Iberoamericana (UNIB), participa en un estudio que estudia los efectos de los carotenoides en la salud del corazón y la prevención de las enfermedades cardiovasculares.
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) comprenden diversas afecciones que afectan al corazón y los vasos sanguíneos, y se dividen en cuatro categorías principales: enfermedad de la arteria coronaria, enfermedad cerebrovascular, enfermedad arterial periférica y aterosclerosis aórtica. A pesar de los avances médicos, las ECV siguen siendo una de las principales causas de muerte prematura a nivel mundial, con un notable aumento en su prevalencia del 21,1% entre 2007 y 2017.
Los factores de riesgo para las ECV se clasifican en modificables y no modificables. Los no modificables incluyen la edad, el género masculino, la etnicidad, los antecedentes familiares y la genética. Los modificables se dividen en factores del estilo de vida, como una dieta poco saludable, el tabaquismo, el sedentarismo, el consumo de alcohol, el estrés y el bajo nivel socioeconómico, y en factores metabólicos, como los niveles anormales de lípidos en la sangre, la hipertensión, la obesidad y la diabetes. Se estima que aproximadamente la mitad de las ECV son atribuibles a factores de riesgo modificables.
La relación entre la dieta y la salud cardiovascular es un área clave en la medicina preventiva. Un mayor consumo de frutas y verduras puede disminuir el riesgo de ECV, reducir la presión arterial y mejorar la resistencia a la insulina. Se recomienda consumir al menos 400 gramos diarios de una variedad de frutas y verduras para prevenir enfermedades crónicas. Los carotenoides, compuestos bioactivos presentes en alimentos como zanahorias, calabazas, espinacas, tomates, sandías, salmón y crustáceos, juegan un papel importante en la protección cardiovascular.
Los carotenoides, que incluyen carotenos y xantofilas, son pigmentos orgánicos que se encuentran en plantas y algunos organismos. Algunos, como el β-caroteno, actúan como precursores de la vitamina A, esencial para la visión, el desarrollo y la inmunidad. Estos compuestos poseen propiedades antioxidantes que ayudan a neutralizar los radicales libres y retrasar la aterogénesis. Además, mejoran la función endotelial, reducen la inflamación y mejoran el perfil lipídico. Por ejemplo, el licopeno tiene propiedades antiinflamatorias y mejora los niveles de lípidos, mientras que la luteína y la zeaxantina regulan la respuesta al estrés oxidativo y reducen la rigidez arterial.
Por ello, se realizó un estudio en el cual se explora cómo los carotenoides influyen en los factores de riesgo cardiovascular y promueven la salud del corazón, integrando datos de estudios epidemiológicos y clínicos.
Los resultados demostraron que los niveles elevados de carotenoides en la sangre están asociados con una reducción a largo plazo del riesgo de enfermedades cardiovasculares. Ya que estos compuestos influyen en los factores de riesgo cardiovascular y en los marcadores inflamatorios. Además, se destaca que aumentar el consumo de alimentos ricos en carotenoides es más efectivo que el uso de suplementos para reducir estos marcadores inflamatorios y, por ende, el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Esto se debe a que los alimentos proporcionan una combinación natural de carotenoides que parece ser más beneficiosa que la ingesta de un solo tipo de carotenoide en forma de suplemento.
Asimismo, el estudio señala que no hay suficiente evidencia para determinar si un carotenoide es superior a otro en la reducción del riesgo cardiovascular. De hecho, parece que una combinación de varios de estos podría ofrecer mayores beneficios para la salud del corazón. Este hallazgo resalta la importancia de una dieta variada y equilibrada, rica en frutas y verduras de diferentes colores, para obtener una gama completa de carotenoides que no solo beneficiaría la salud del corazón, sino también el bienestar en general.
Sin embargo, es importante reconocer que se necesitan más investigaciones para determinar si los beneficios observados se deben exclusivamente a los carotenoides o si estos interactúan con otros componentes de las frutas y verduras para producir efectos positivos en la salud cardiovascular. Además, sería valioso explorar más a fondo el papel de los suplementos de carotenoides en la prevención de las ECV para comprender mejor su eficacia y potencial en estrategias de salud pública.
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