La Dra. Mercedes Briones, investigadora de la Universidad Internacional Iberoamericana (UNIB), participa en un estudio que explora las propiedades biológicas de las betalaínas provenientes de las frutas del cactus Opuntia, principalmente en las tunas, y sus posibles beneficios en la salud.
Los colorantes naturales más utilizados en la industria alimentaria incluyen las betalaínas, antocianinas, carotenoides, riboflavina y clorofilas. Las antocianinas, los carotenoides y la riboflavina están asociadas con la reducción del riesgo de hipertensión, diabetes tipo 2, ciertos tipos de cáncer, envejecimiento y enfermedades cardiovasculares. La clorofila ha sido estudiada por sus propiedades para prevenir el cáncer y la unión de toxinas. Así mismo, en muchos estudios se ha estudiado sus actividades biológicas, pero las betalaínas han sido poco estudiadas.
Las betalaínas son pigmentos solubles en agua que contienen nitrógeno y se dividen en dos subclases: betaxantinas, que presentan colores que van del amarillo al naranja, y betacianinas, que varían del rojo al violeta. Su estructura se basa en el ácido betalámico, el cual es responsable de su color debido a sus enlaces dobles conjugados. Las betaxantinas son derivados de amonio con diferentes sustituyentes, mientras que las betacianinas tienen una estructura ciclo-dopa con diversas modificaciones.
Las fuentes naturales de betalaínas incluyen los frutos del cactus de Opuntia, la remolacha roja, la fruta del dragón, las acelgas y la quínoa. También se encuentran en menor medida en otras plantas como el ulluco (papa lisa), las bayas de Rivina humilis (coralillo), la espinaca de malabar (espinaca china), la hoja de agua y algunos cactus Eulychnia. Es importante mencionar que la principal fuente de betalaínas es la remolacha roja, pero presenta algunas desventajas debido a que contiene geosmina y pirazinas que dan un sabor terroso y limitan la gama de colores que estos pigmentos pueden producir. Por ello, se han explorado otras fuentes como las pitayas y el cactus, principalmente las tunas, que crecen en condiciones adversas. Aunque los cactus son más comunes en América Latina, también se encuentran en Asia, África, Australia y la región mediterránea.
El consumo de frutas y verduras, que contienen betalaínas, está asociado con la reducción del riesgo de enfermedades no transmisibles como obesidad, diabetes, cáncer y enfermedades cardiovasculares. Algunos estudios han destacado sus propiedades anticancerígenas, antiinflamatorias y antioxidantes. Estas características hacen de las betalainas una alternativa natural prometedora para reemplazar los colorantes sintéticos en la industria alimentaria. Sin embargo, aún se necesitan más investigaciones para determinar sus propiedades biológicas en la salud humana. Por ello, se realizó un estudio para explorar dichos beneficios con el fin de brindar una visión general relacionada con el estado de la investigación sobre las betalaínas extraídas del cactus Opuntia y evaluar su incidencia positiva en el cuerpo humano.
Hallazgos relevantes
Las betalaínas pueden beneficiar la salud humana debido a sus propiedades farmacológicas, como efectos antilipidémicos, anticancerígenos, antiinflamatorios, antioxidantes y antimicrobianos. Aunque se sabe que mejoran el equilibrio redox del cuerpo, los mecanismos detrás de su efecto antioxidante no están completamente comprendidos.
Algunas investigaciones han demostrado que la betalaína y otros compuestos similares pueden prevenir la oxidación del colesterol LDL, lo que es crucial en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Además, las betalaínas han mostrado potencial anticancerígeno al inhibir el crecimiento de células cancerosas y promover la apoptosis en varios tipos de células a través de la activación de la vía intrínseca. También poseen propiedades antiinflamatorias, protegiendo las células endoteliales y reduciendo la inflamación en diferentes modelos experimentales.
Por otro lado, aunque no se ha probado ampliamente su actividad antimicrobiana, se ha observado que los extractos que contienen betalaínas pueden inhibir el crecimiento de ciertas bacterias. En estudios con humanos, los suplementos ricos en betalaínas han mostrado efectos positivos en pacientes con enfermedades cardiovasculares, mejorando ciertos marcadores de salud. Además, las betalaínas pueden influir en la motilidad intestinal, demostrando un efecto inhibidor en la contractilidad del músculo intestinal en modelos animales.
Pese a los resultados obtenidos, se necesitan más estudios in vitro y en modelos animales, así como ensayos clínicos para conocer la absorción, biodisponibilidad y sus diversos beneficios para la salud. A medida que la ciencia avanza, estos pigmentos podrían jugar un papel crucial en la promoción de dietas más saludables y sostenibles, especialmente en regiones donde el cultivo de cactus es viable. Con sus múltiples beneficios, las betalaínas podrían ser la próxima gran innovación en la intersección de la alimentación y la salud.
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